6 dic 2010

PRENSA TELEVISIVA PERUANA

El periodismo es el cuarto poder.  Los medios masivos imponen mensajes definitivos y contundentes de modo que quedan grabados como verdades en la memoria de un consumidor poco exigente de manera latente. Verdadero o falso no importa. La selva mediática utiliza el “condicional” como cuartada eficaz: habría robado, habría mentido, podría ser, diría qué, habría dicho, etc. Este “periodismo” es justificado y avalado por la preferencia diaria de su público. Pero verdades a medias son mentiras. Callar una verdad que se conoce a gritos es una forma de manipulación también. De otro lado, se ponen sobre el tapete temas superficiales, chismes de personajes de dudosa reputación ocupan primeras planas.  

La prensa televisiva
En la televisión sucede lo mismo, se acostumbra premiar con trabajo y cobertura a aquellos que infringen la ley o andan de escándalo en escándalo, como son los casos de Carlos Cacho o Tula Rodríguez, porque existe un consumidor dispuesto a dedicarle minutos de su vida a estas personas ramplonas. Y entonces estos seudo-artistas, peinadores, prosti-vedettes, personajes pedestres, se presentan como líderes de opinión, gente amoral esparciendo su fútil discurso a millones de televidentes como una plaga. Así, la pantalla se convierte en el escenario para vendettas personales, riñas de callejón, groserías. Todo lo opuesto a inteligencia y buen gusto.

Prensa de espectáculos
La tendencia actual: un personaje homoxesual. ¿Cuál es la intención? Muy simple, ellos tienen carta libre para decir las barbaridades que la contraparte (el conductor formal) no se atreve a decir para crear polémica. Otros programas más recatados prueban suerte con títeres y monigotes, pero la intención es la misma. Entonces la fórmula mágica es “improvisación, sexo, violencia, miseria humana".

1 comentario:

Mario Zegarra dijo...

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Mario Zegarra

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